Fue durante mis años de infancia, cuando apenas contaba con unos seis o siete años de edad, casi pre-puber, pero no lo suficiente para ser lo, en fin apenas un mocoso, que se fascinaba con los primeros rayos del sol de manera alucinante, yo adoraba el día, deseaba que nunca se acabaran esas tardes llenas jolgorio y carreras por todos los callejones del barrio...pues al caer la noche, muchas veces abruptamente, en todo mi cuerpo se agudizaba mis sentidos, en especial mi oído, era como trasladarme a otra dimensión, (dije "como"), no, era hacer un viaje hacía otra dimensión, en donde todas las formas, sonidos y movimientos fueron aterradores, en esos espacios de las muy eternas noches, me tranquilizaba un poco durante las primeras hora de éstas, mientras aun se podía ver y escuchar a algún familiar adulto, dispuesto a cuidar mi espalda, ya que era bastante difícil hacerlo por mi cuenta.
Mis temores se incrementaban al momento de darme cuenta de que la hora de ir a la cama a dormir, en mi caso era a luchar con todos eso demonios, brujas, vampiros y *bacas, fueron muchos los que vencí, siempre amanecía ileso de todos sus ataques, era raro, pues nunca entendí como me recuperaba de heridas mortales que esos monstruos me propinaban, siempre perdía el conocimiento y despertaba con la almohada y las sabanas húmedas, una por la baba y las otras por la tremenda fuga de agüita amarilla que yo expelía.
Sigo sin dormir en las noches, la mayor parte de ellas me la paso trabajando, ya no me aterrorizan tanto, o bien no es a la noche el temor, sino más bien a ciertas personas que las prefieren para delinquir contra la integridad de otros.
*Baca; en en ciertas áreas de República Dominicana, en especial las zonas rurales, pero igual en las urbanas, se refieren a personas que tienen la capacidad de transformarse en animales, gracias al poder que le confiere el diablo, esto es usado muy a menudo por las brujas chupa niños.
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